¿Cómo evaluamos la presencia de una mentalidad y, aún más desafiante, cómo la medimos?

 

La mentalidad (Mindset) en el contexto de la disciplina ágil se revela como el componente esencial y crítico a la hora de trabajar la adopción y adaptación de cualquier práctica ágil.

Los más “veteranos y experimentados del lugar” señalan con certeza que el factor determinante en toda transformación agile es la mentalidad.

Aunque los marcos, iniciativas y prácticas ágiles son piezas cruciales y visibles de este juego transformador, la verdadera excelencia en el juego sólo es posible alcanzarla con la mentalidad adecuada.

Entonces… ¿Cómo evaluamos la presencia de esa mentalidad y, aún más desafiante, cómo la medimos?

Uno puede creer que posee una mentalidad ágil, pero la brecha entre la percepción y la realidad puede ser muy significativa. Incluso el conocimiento detallado de Scrum, SAFe o herramientas de naturaleza agile no garantizan la autenticidad de una mentalidad ágil.

Podemos pensar que es en la intersección entre una comprensión teórica y una aplicación práctica donde se forja verdaderamente la mentalidad ágil, y si bien es condición necesaria, no podemos darla por suficiente.

Medir la mentalidad ágil sólo es posible desde la perspectiva de los comportamientos y las acciones no obligadas ni estructuradas y, mucho menos, planificadas.

La observación detallada de comportamientos se convierte en el prisma a través del cual podemos evaluar el compromiso real con la agilidad. Es decir; la autenticidad de una mentalidad.

¿Cómo reacciona un equipo ante los cambios? ¿Y ante unos resultados decepcionantes? ¿O ante un problema o adversidad? ¿Se toman los mismos como oportunidades de aprendizaje? ¿Se afrontan desde un Locus de Control Interno o Externo? ¿Cómo de colaboradores nos mostramos dentro del equipo? ¿Cómo de comprometidos estamos con un resultado? ¿Verdaderamente nos comunicamos bajo una seguridad psicológica? ¿Cómo reaccionamos ante un feedback negativo? ¿Y ante la ambigüedad de un requerimiento? ¿Transigimos o no? ¿Cómo resolvemos las divergencias dentro del equipo? ¿Y respecto de otros equipos?

Los comportamientos cotidianos son la base sobre la que se construye y se moldea una mentalidad, y su medición radica única y fundamentalmente en la coherencia…

Ya lo decían los fantásticos Red Hot Chilli Peppers en su “Give it away”…

“Bob Marley, walkin' like he talk it”.

Si quieres medir una mentalidad, busca una métrica que te permita visibilizar la coherencia de unos comportamientos cotidianos en situaciones cotidianas, sin estar estas sujetas a ninguna estructura, obligatoriedad ni planificación.

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