¿Qué haremos cuando los modelos dejen de conquistar resultados?
El mundo empresarial, de manera recurrente, ha huido de las ortodoxias teóricas, y ha basado sus argumentos sobre la capacidad que tenían sus modelos (organizativos/operativos/culturales/gestión) de conquistar resultados eficientes de manera sostenida. Es decir; “esto funciona, lleva tiempo funcionando y a los resultados me remito”…
Ahora bien, cuando los modelos dejan de conquistar de manera efectiva y, sobre todo, sostenida en el tiempo resultados; ¿a qué nos agarramos para definir nuestras decisiones y nuestras actuaciones?…
Y no hablamos de tener un resultado negativo puntual que viene dado por un desequilibrio temporal y acotado, sino a unos resultados que de manera recurrente tienen una tendencia negativa y donde lo que se nos demuestra es que el modelo ya no responde al cambio tan profundo que estamos experimentando.
Porque una cosa sí tenemos claro, muchos resultados que a día de hoy son alcanzados vienen determinados más por las inercias existentes de los propios modelos más que por nuevas y diferentes decisiones y actuaciones…
Entonces.., qué hacer cuando ya la inercia sea cero… A qué recurriremos…
Tocará iterar. Trabajar sobre un conjunto de intervenciones más o menos ordenadas… Intervenciones que igual en algún momento podremos llamar modelo -pero no por ahora-.
Un conjunto de intervenciones capaces de hacer nuevamente sostenible unos resultados que sí respondan al cambio tan intenso y profundo como el actual.
Una serie de nuevas intervenciones que van a necesitar un planteamiento distinto. Una manera diferente, muchísimo más holístico y donde el foco no sea tanto la productividad y la rapidez a nivel local (equipos) sino la eficiencia y el valor a nivel global (procesos y productos).
Una serie de intervenciones donde la coherencia y mirada presente no entre en clara colisión con el necesario y nuevo hacer innovador..
Algo así como que nuestros futuros y nuevos modelos no entren tampoco en colisión con las actuales ortodoxias teóricas, aunque terminemos huyendo de ellas…
Lo que el gran Javier G. Recuenco llama “espacios liminales”… Ni hemos dejado de ser lo que éramos, como tampoco hemos terminado de ser lo que tendríamos que ser…”.
En ese punto estamos…