Agilidad Inteligente

Agilidad Inteligente

“Agilidad Inteligente”. El cóctel que redefine el Management. 

En estos últimos años estamos aprendido una lección incómoda; las empresas no fracasan por falta de datos, sino por exceso de ellos…

Tableros interminables, dashboards de mil colores, informes y mas informes que se acumulan hasta la saturación, la obsesión por medirlo todo… y aún así, las decisiones siguen siendo lentas, fragmentadas y muchas veces equivocadas.

El reto no está en tener más, sino en saber elegir… Aquí es donde aparece el concepto de Minimum Viable Data (MVD) de Tabrizi. Un antídoto contra la obsesión por acumularlo todo.


MVD - La renuncia como estrategia -

El MVD no es una técnica de ahorro, sino un ejercicio de estrategia. Supone renunciar de manera consciente a la tentación de medirlo todo para centrarse en aquello que realmente importa.

El directivo o manager que adopta MVD no está siendo conservador; está siendo radicalmente estratégico. Porque discriminar entre lo esencial y lo accesorio es lo que permite ganar en agilidad y evitar caer en la parálisis por análisis.

La verdadera claridad estratégica surge no de mirar más datos, sino de mirar los datos correctos.

Estando, más o menos, todos de acuerdo en esto… ¿Qué pasa con la IA? ¿Qué papel juega?

Veamos… 

La inteligencia artificial cambia las reglas del juego. Su capacidad para procesar volúmenes masivos y descubrir patrones invisibles para el ojo humano es innegable y fascinante. 

Pero aquí hay una paradoja, fácil de obviar; sin MVD, la IA se convierte en un monstruo de complejidad. Alimentarla con todo conduce a resultados confusos, modelos opacos y decisiones basadas en ruido. 

La clave está en la dirección. La IA no debe decidir -al menos hoy- qué datos son importantes y cuáles no; ese juicio corresponde -todavía- al management. 

El papel de la IA está a fecha de hoy en amplificar, proyectar, simular. El del líder, en seleccionar el mínimo viable.

Por lo tanto la “Agilidad Inteligente” parte de la premisa de “DECIDIR”.

La esencia del management nunca ha sido gestionar tareas, sino decidir. Y aquí confluyen los dos elementos anteriores:

  • MVD reduce el ruido y selecciona lo esencial.

  • IA amplifica la comprensión y permite escenarios, simulaciones y proyecciones con un margen de error reducido.

El resultado es un nuevo tipo de decisión estratégica; más ágil y rápida, más informada, pero sobre todo más consciente y con menos ruido… Porque ya no se trata de acumular inputs, sino de gobernar la relación entre síntesis humana y potencia analítica de la máquina.

Llegados a este punto. Las decisiones necesitan foco y acción. Lo que podríamos llamar; un Modelo Operativo y un Modelo Organizativo. 

Y la construcción de ambos va a ser alimentada por 2 herramientas / prácticas que nos parecen fundamentales: OKRs y Flight Levels

Los OKRs introducen otra pieza a este cóctel de “Agilidad Inteligente”. Los OKRs son mucho más que un sistema de objetivos, son un mecanismo de foco y renuncia.

  • Los Objectives marcan la dirección y el impacto deseado.

  • Los Key Results representan las métricas mínimas y necesarias para validar si avanzamos.

En otras palabras; los OKRs son la traducción práctica del MVD. La palanca de activación de nuestro Modelo Operativo. 

Obligan a dejar fuera lo accesorio y a concentrar energía en lo que realmente mueve la aguja del negocio. Y cuando se alinean con IA, se evita que esta se pierda en la abundancia de posibilidades.

La segunda palanca que activa el Modelo Organizativo, es Flight Levels. 

Seleccionar y analizar no basta si las decisiones no fluyen o no están bien conectadas y orquestadas. Aquí entran los Flight Levels como arquitectura de alineamiento:

  • Flight Level 3 (estrategia): define qué retos importan y qué objetivos marcan el rumbo.

  • Flight Level 2 (coordinación): conecta la estrategia con la operación, orquestando los flujos de valor.

  • Flight Level 1 (operación): gestiona equipos con datos accionables, donde la IA aporta métricas vivas y concretas.

El valor de Flight Levels es que asegura que el dato correcto - seleccionado por MVD y amplificado por IA - no se quede en la cúspide, sino que atraviese toda la organización y se traduzca en acción. 

Este juego de conexión es pura coordinación y orquestación. 

El brutal cóctel

Cuando unimos todas estas piezas, emerge un modelo distinto y muy potente. 

Por una parte; selección radical (MVD + OKRs) donde se aporta claridad sobre qué datos y qué objetivos importan.

Le sumamos la amplificación inteligente (IA). Esa capacidad de multiplicar el valor de esos datos críticos y muy relevantes. 

Y por último, la orquestación sistémica (Flight Levels). Esa garantía de que lo estratégico y lo operativo se conectan de forma real.

Esto no es una mejora incremental. Es un nuevo paradigma de gobernanza organizativa de la agilidad. 

Un paradigma donde el management deja de obsesionarse por medirlo todo y aprende a interpretar lo crítico. Donde la IA deja de ser un juguete de laboratorio y se convierte en motor de escenarios y validaciones. Donde los OKRs dejan de ser una mera DPO y se consolidan como el esqueleto facilita el foco y la orientación estratégica. Y, por último, donde los Flight Levels garantizan que las decisiones no mueren en informes, sino que se transforman en resultados reales. 

“Agilidad Inteligente”

Un cóctel del que surge un modelo donde las empresas no solo son más ágiles y rápidas, sino más coherentes. Donde el aprendizaje no está en acumular, sino en evolucionar desde la renuncia, la priorización y la capacidad de decidir con precisión quirúrgica.

Porque en un mundo donde nos vamos a ahogar en datos y en promesas tecnológicas, el valor traducido a ventaja competitiva ya no está en ver más, sino en ver mejor y decidir mejor. 

Siguiente
Siguiente

Valor, Certeza y Reputación…