“Stay Hungry - Stay Focused”
“Stay Hungry - Stay Focused”: Las dos capacidades que toda organización necesita para no quedarse atrás
Cuando la #innovación se convierte en un eslogan nos da por hablar de Programas de intraemprendimiento con nombre rimbombante, nos da por hacer dinámicas de design thinking en salas llenas de post-its, y nos dan por hacer Hackathons sin continuidad ni sentido… Y luego… vuelta a lo de siempre.
La innovación no es un evento. Ni un momento. Es una capacidad organizativa. Y como toda capacidad se construye, se estructura y, sobre todo y por encima de todo, se entrena.
En este artículo quiero hablar de dos las capacidades clave -sorprendentemente ignoradas- que separan a las organizaciones que juegan a innovar de las que realmente lo hacen.
Comencemos por la primera…
1. Stay Hungry, Stay Foolish: La mentalidad que incomoda al sistema.
Esa frase, pronunciada por Steve Jobs en Stanford, se ha convertido en póster de oficina en cientos y miles de empresas, pero en muy pocas la entienden en serio y, todavía menos, se la toman en serio.
“Stay hungry” no es tener hambre de objetivos. Es tener hambre de preguntas. Es asumir que lo que sabes hoy probablemente no te sirve mañana, que moverse sin mapa puede ser más sensato que esperar a tener todo el camino definido, y que la curiosidad es infinitamente más valiosa que la certeza.
“Stay foolish” no es actuar sin pensar. Es atreverse a pensar diferente. Es romper patrones cómodos. Es dar permiso al error como parte del proceso. No celebrarlo, sino integrarlo en la forma de aprender.
Pero cuidado, esta mentalidad es incómoda… Los sistemas rígidos, los líderes controladores, los procesos hiperoptimados…, todo eso, expulsa al “hungry & foolish”. Y si no cambias el sistema, expulsas también la innovación y la mejora.
¿Qué hacemos para que nuestra organización no ahogue esa actitud? ¿Existe un margen real para explorar sin castigo? ¿Se premia el pensamiento crítico, o solo la obediencia funcional? ¿Hay espacio para preguntas buenas aunque no traigan respuestas inmediatas?
Vayamos a por la segunda…
2. Enfoque y simplicidad: El poder de eliminar lo innecesario.
Innovar no es hacer más cosas. Es hacer menos cosas con más intención.
La saturación de iniciativas, la dispersión de objetivos, el ruido constante de decisiones reactivas…, todo esto intoxica el sistema y entierra cualquier posibilidad de innovar con foco.
La simplificación radical -que no es lo mismo que la simplonería- requiere valentía. Porque decidir implica renunciar así como eliminar implica enfrentarse a lo accesorio.
¿Cómo se entrena esta capacidad de simplificación organizativa?
Clarificando prioridades con crudeza: ¿Qué mueve el negocio, y qué distrae?
Protegiendo la energía de los equipos: ¿Dónde se va el tiempo que no aporta valor?
Entrenando la renuncia: ¿Qué tenemos que dejar de hacer para hacer lo que de verdad aporta valor?
Terminamos a modo de resumen con que la mentalidad de “Stay Hungry - Stay Foolish” y la capacidad de Enfoque y Simplicidad no son valores decorativos. No son para colgarlos en la pared de cualquier despacho…
Son capacidades organizativas críticas que deben de ser aprendidas, desarrolladas y trabajadas seriamente si queremos hacer que nuestras organizaciones tengan resultados positivos empujados desde la innovación.