Primero arreglar, luego automatizar. 

 

Una de las ilusiones más dañinas en los procesos de transformación organizacional es pensar que esta puede planificarse a modo de recorrido lineal…

Primero analizamos la situación, luego diseñamos la solución, y después, la implantamos, y ya está… Como si transformar una empresa fuera algo así como montar una estantería de IKEA con las instrucciones claras y las piezas correctas.

La realidad, sin embargo, es bien distinta. Bastante bien distinta… 

Para empezar, transformar es mucho más parecido a trabajar con un sistema vivo; a veces impredecible, a veces caótico, a veces controlado. Un sistema con la necesidad de jugar de forma iterativa, lleno de bucles de retroalimentación, aprendizajes contaste y ajustes permanentes… Todo menos lineal…

 

La transformación son loops. Cíclicos e iterativas… 

Pero cuidado, dentro de estos loops hay una trampa muy peligrosa; digitalizar procesos que no funcionan o no funcionan tan eficientemente como podrían. 

No hablamos de eficacia, sino de eficiencia. De procesos que alcanzan los objetivos pero no de manera eficiente. 

Automatizar sin cuestionar es garantizar la ineficiencia. Es institucionalizar el desperdicio. 

 

En Agile Nomad, lo repetimos sin pudor:

“ En todo proceso de transformación; Primero arregla. Luego automatiza”.

 

Para eso, debemos ir del papel a la fricción operativa. 

Hay demasiadas organizaciones invirtiendo millones en ERP’s, CRM’s, IA generativa o flujos RPA… sin haber rediseñado el proceso que están digitalizando. Sin haberlo probado en condiciones reales, qué resultados obtiene y con qué rendimientos se obtienen. 

 

Y lo que ocurre es obvio; más tecnología, mismos cuellos de botella. Más dashboards, pero sin mejora real.

Una organización verdaderamente ágil no lanza un proceso si antes no ha pasado por estos cuatro pasos:

  • Observar: entender el sistema desde dentro, con datos y realidad.

  •  Experimentar: lanzar versiones mínimas (MVP) del proceso, en condiciones reales.

  •  Aprender: recoger feedback y ajustar con evidencia.

  •  Ajustar: rediseñar antes de estandarizar o automatizar.

 

¿Por qué es urgente este enfoque?

Porque en un mundo complejo, el que automatiza sin cuestionar, escala sus problemas.

Y porque transformar no es aplicar tecnología, es rediseñar formas de trabajar.

 

Si no arreglamos antes de digitalizar, convertimos la transformación en un teatro.

Una obra muy cara, con muchos actos, con bonitos efectos especiales… pero sin evolución ni mejora real.

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